Los lugares a los que no puedes entrar

Siempre que caminaba por la avenida 12 de Octubre giraba mi cabeza a la izquierda en medio del trayecto. Me fijaba en aquella gran casa que parecía abandonada, cuyo techo oxidado y ocre sobresalía entre una espesa vegetación verde, salvaje y descontrolada, y unos muros descuidados y despintados.